jueves, 29 de mayo de 2014

¡EMPIEZA EL ENTRENAMIENTO ACT!

Nos complace anunciar por fin que el entrenamiento ACT empezará el Lunes 2 de Junio, y tendrá lugar en el aula 004 de la Facultad de Psicología, en la Universidad de Málaga, gracias a la inestimable ayuda de la Asociación de Estudiantes Epsilom.



El entrenamiento se realizará a lo largo de todo el mes de Junio, en horario de Lunes y Miércoles, de 10 a 12.

Para más detalles, podéis consultar el apartado que hemos dedicado en el blog al Entrenamiento ACT.

¡Saludos y buen día a todos!



jueves, 22 de mayo de 2014

¿Te atreves a buscar...?


Había una vez una ciudad...

que no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta. Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes ...pero pozos al fin. Los pozos se diferenciaban entre sí, no solo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra. La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado.

Un día llegó a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en algún pueblo humano: La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido.

Así fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas. Algunos se llenaban de cosas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte y fueron llenándose de pinturas , pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas. Pasó el tiempo. La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más. Los pozos no eran todos iguales así que, si bien algunos se conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior... 

Uno de ellos fue el primero: en lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose. 

No paso mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada, todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su interior.

Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal manera, pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad... Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho.

Pronto se dio cuenta que todo lo que tenia dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido...

Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego , cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo. Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho... 

Un día, sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: adentro, muy adentro , y muy en el fondo encontró agua!!!. Nunca antes otro pozo había encontrado agua... 

El pozo supero la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera. La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar.

Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto , en tréboles, en flores, y en tronquitos endebles que se volvieron árboles después...La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar "El Vergel".

Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro. -Ningún milagro- contestaba el Vergel- hay que buscar en el interior, hacia lo profundo...

Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desecharon la idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas...

En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío...

Y también empezó a profundizar...

Y también llegó al agua...

Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo...

-¿Qué harás cuando se termine el agua?- le preguntaban. -No sé lo que pasará - contestaba- Pero, por ahora, cuánto más agua saco , más agua hay...

Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento...

Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma...Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.

Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida. No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente , como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:

La comunicación profunda que sólo consiguen entre sí, aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar...


-Jorge Bucay-


Y...en la vida real, ¿quién se atreve a hacer eso?. Normalmente nos asusta más sacar una pala y excavar en nosotros mismos que un zombie de The Walking Dead nos arañe un brazo. 

Y es que, cuando nos atrevemos a hacerlo aparecen emociones que creíamos superadas, recuerdos y pensamientos dolorosos que nos susurran "¿qué haces?, anda anda...¿para qué pasarlo mal?, ¿no ves que no merece la pena?" y muchas veces nos dan ganas de seguir como siempre, buscando la felicidad en el exterior, en la aprobación de los demás o en objetos inanimados que nos alivian a corto plazo. 

Sin embargo, cuenta la leyenda, que los que se atreven a "vaciarse" a pesar de todas las emociones incómodas acaban encontrando un tesoro único en el mundo:

 La satisfacción de aceptar lo que no pueden cambiar y la valentía para cambiar lo que sí se puede.


...¿Te atreves a buscar?






                                                                                                                                          - Sara Mateo-



martes, 20 de mayo de 2014

5 Barreras para el cambio


Hace unos días leí un artículo sensacional de Mark Webster, terapeuta cuyo modelo de trabajo ilustra lo que se conocen como terapias de tercera generación.

Lo que escribo a continuación es una traducción y adaptación de su artículo, y al final del todo tendréis la fuente original.

La idea del cambio en el modelo estándar de salud es simplemente irreal. Coges un comportamiento no funcional, y lo reemplazas con otro. O peor: coges un pensamiento disfuncional y lo reemplazas con uno más funcional o adaptativo.

Esta aproximación funciona bien si estás arreglando coches o lavadoras, pero a la hora de arreglar al ser humano es algo abocado al fracaso. Y adivina quién se siente fracasado en cada ocasión…: el cliente. Y a partir de ahí parece que sólo le espera otro episodio de fallo. Si empiezas a analizar el cambio en pequeños pasos puedes ver que hay un montón de obstáculos en forma de control aversivo (o reforzamiento negativo):

1.  Ignorancia. Pensar que tienes un problema es más desagradable que pensar que no lo tienes. A veces nos referimos a ello como negación, y en cualquier caso todos sabemos que es necesario admitir un problema como paso previo a solicitar ayuda.

   2. Amnesia “de consecuencias”. Pensar en cambiar implica pensar en hacer cosas diferentes, dolorosas a corto plazo aunque positivas a largo plazo. No nos gusta pensar en cosas dolorosas a corto plazo, así que lo evitamos.

3. Angustia por aceptación. Así que reconoces el problema y te das cuenta de que no quieres las consecuencias. ¿Cuál es la alternativa?. Rendirte o abandonar produce más angustia cuando imaginamos el futuro sin la conducta de evitación.

4. Dejar ir la pérdida. Lo creas o no, dejar ir a un antiguo amigo, como puede ser una adicción, implica sentimientos de pérdida. Entras en el “pantano de la desolación” por la pérdida y entonces te asalta el terrible “monstruo de la incertidumbre” ante el futuro sin tu viejo amigo. 

5. Ensayo y error. No saber qué te traerá tu nuevo comportamiento conlleva aún más incertidumbre. Invertimos un montón de tiempo imaginando futuros que aún no sabemos cómo serán. Los fallos inevitables en todo aprendizaje conllevan recuerdos sobre fallos pasados y dudas sobre si tendrás éxito o no.
 
Así que la realidad del cambio es un poco más dura que la historia que nos cuentan los modelos convencionales. Y podríamos añadir miles de ejemplos de control aversivo que encontrarás en la carretera hacia el cambio. 

Ser honestos con nuestros clientes al principio nos hace situarnos en una realidad más potente, y nos ayuda a validar el dolor del cambio. Como siempre les digo a mis nuevos clientes “Estoy aquí para hacerte sentir peor, así es como una terapia funciona”.


José Olid